De vuelta en Rochester

Ayer fue un día agotador, después de luchar con mis maletas a través de la maniatan con todas mis maletas, llegué a la estación de buses en donde se suponía tenia que coger un autobús hacia Nanuet (New Jersey) para encontrarme con Tore, el chamo que me iba a dar la cola hasta acá Rochester.

Cuando lo llame desde la estación de buses, resulta que ya me había tardado mucho, tanto así como dos horas… pero el hecho es que ellos ya no podían seguir esperando porque se estaba haciendo demasiado tarde y todavía me faltaba como 1 hora para llegar a donde estaban ellos.

Finalmente, me Tore me pregunto si no podía devolver el ticket para Nanuet. Cuando oí esto me di cuenta de lo evidente, le dije que no se preocupara, que se fuera sin mi y me dijo que se sentía mal porque las cosas no hayan salido.

Después de devolver el ticket compré un boleto para Rochester, 80 dolorosos dólares y 3 horas de espera para que saliera el bus (7:30 p.m.), salio el bus de la estación conmigo dentro de el.

En cierta forma fue bueno que viajara solo por 7 horas, eso me permitió terminar la novela que estoy leyendo para mi clase de Literatura, cosa que no pude hacer durante las vacaciones por mi horario de 12 horas diarias en la lavandería de mis padres. Esta mañana podríamos decir que me fue bien en la clase, aunque todavía espero con ansias el momento en que se torne candela la discusión sobre la novela.

Estaba yo en el termina, todo sudado por andar todo el santo día cargando una maleta de más de 20 kilos, además de cargar todos mis libros en la espalda, mi guitarra en el otro brazo y la chaqueta guindada de cualquiera de los tres objetos anteriormente nombrados. Ya me dolía el hombro de tanto cargar la maleta en la estación así que simplemente arrastre la vaina esa cuando fui a comprar el ticket y demás, se lleno de polvo y tierra y Dios sabe que mas, pero de pana que no podía ni con mi alma. Todavía no entiendo como me mantuve despierto durante las 6 horas de viaje, tal vez fue porque el libro (House of sand and fog) estaba muy bueno.

Llegue a la residencia a eso de las 2 de la mañana, justo después de que el taxista nos echara un discurso a mi y a un chamo de RIT que compartió el taxi conmigo hasta el campus, el señor decía que debemos estudiar y no ser mediocres estudiantes universitarios que están borrachos todo el día, drogados, encerrados en sus cuartos jugando computadora o perdiendo el tiempo en quien sabe que mas. Menos mal que era un buen señor, de Rumania me contó después. Una vez en mi residencia, trate de entrar poco a poco para no despertar a mi compañero de cuarto y como no pude prender la luz simplemente lo eche todo por ahí, de todas maneras no tenia energías para desempacar y mucho menos en la oscuridad.

Para nada porque no pude dormir como hasta las 3:30 a.m. para pararme de nuevo a las 8, ir a 3 clases y hacer 2 tareas para mañana. Ah, también tengo un quiz de repaso para Estadística así que mejor dejo de bloggear.

Saludos desde Rochester.